Los baños sonoros son una técnica de relajación que busca crear un estado de paz y armonía en el que escucha. Combina los beneficios de la meditación y la musicoterapia.

El facilitador realiza una relajación progresiva guiada o una meditación, acompañada del sonido de instrumentos como los cuencos de bronce, tambor oceánico, palo de lluvia, jicuri drum, entre otros. Las vibraciones de dichos instrumentos tienen un efecto en nuestro organismo, actúan sobre el sistema endócrino y el sistema nervioso central logrando relajación muscular, a la vez que el paisaje sonoro crea un ambiente inmersivo que ayuda a la mente a entrar en estado de reposo.

Se trata de una actividad que puede ser realizada individualmente o en grupo, en la que los participantes se recuestan en el piso, sobre un tapete de yoga o algo similar, y disfrutan con los ojos cerrados del ambiente sonoro. Este tipo de práctica suele inducir un estado meditativo profundo que promueve un estado de renovación personal, descanso y claridad mental.

Entre los beneficios más comunes que se experimentan después de un baño sonoro están: Mejora en la calidad del sueño, liberación de tensiones en el cuerpo, mejora el estado de ánimo, disminuye sensación de ansiedad y depresión, reducción de dolores físicos, etc.

Esta actividad es ideal para:

• Empresas
• Eventos privados
• Clínicas y centros de rehabilitación
• Retiros

Duración recomendada por sesión:

30 a 45 minutos para personas no meditadoras

45 a 60 minutos para personas meditadoras